A medida que un hombre envejece, no es raro que experimente algunas dificultades en el dormitorio. Uno de los problemas más comunes es la disfunción eréctil (DE). Aunque puede resultar embarazoso hablar de ello, la disfunción eréctil es en realidad bastante común, ya que afecta a unos 30 millones de hombres en los Estados Unidos. La buena noticia es que existen tratamientos que pueden ayudar. Veamos las últimas opciones de tratamiento para la disfunción eréctil.
Inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5
La primera línea de tratamiento para la disfunción eréctil suelen ser los inhibidores orales de la fosfodiesterasa tipo 5. Estos fármacos incluyen el sildenafilo (Viagra), el tadalafilo (Cialis) y el vardenafilo (Levitra). Actúan relajando los músculos del pene y aumentando el flujo sanguíneo, lo que permite conseguir y mantener una erección. Estos fármacos suelen ser bien tolerados, pero pueden provocar efectos secundarios como dolor de cabeza, enrojecimiento y malestar estomacal.
Alprostadil
Si los inhibidores orales de la fosfodiesterasa tipo 5 no le funcionan, su médico puede recomendarle el alprostadil. Este fármaco se presenta en dos formas: un gránulo que se inserta en la uretra (el conducto que transporta la orina desde la vejiga hacia el exterior del cuerpo) y una crema que se aplica en la cabeza del pene. El alprostadil provoca una erección al aumentar el flujo sanguíneo en el pene. Por lo general se tolera bien, pero puede causar dolor o sangrado en la uretra.
Implantes de pene
Si otros tratamientos no funcionan o no son adecuados para usted, su médico puede recomendarle implantes de pene. Se trata de la colocación quirúrgica de dispositivos a ambos lados del pene que le permiten tener una erección mediante la compresión de una bomba situada en el escroto. Los implantes de pene suelen recomendarse sólo como último recurso debido al riesgo de complicaciones como la infección y los fallos mecánicos.
Si tiene problemas de disfunción eréctil, sepa que no está solo y que existen tratamientos que pueden ayudarle. Hable con su médico sobre sus opciones para encontrar el mejor plan de tratamiento para usted.